Tocar el órgano

El órgano tiene teclas que se pulsan con los dedos. Hasta aquí es similar a otros instrumentos de teclado, como el piano. Pero hay ciertas diferencias. En el piano o en el clavecín el sonido se apaga por sí mismo, pero en el órgano dura mientras la tecla siga pulsada. Por esta razón en el órgano es especialmente importante cuidar el momento en que la tecla se levanta. Esto afecta a la digitación, entre otros aspectos técnicos. Algo relevante -y llamativo- es que el órgano también se toca también con los pies. Muchos órganos tienen un teclado de pedales, y para manejarlo hay que aprender una técnica específica. Luego está la infinita variedad de órganos. Cada instrumento es único, con sus propios registros, su propia forma de sonar. A esto se añade la enorme cantidad y variedad de repertorio que va desde el siglo XIV hasta el XXI, distinto según la época y el lugar, porque cada nación desarrolló un tipo propio de órgano y un repertorio inspirado en sus características y sonoridad.